El vino es goce, no pose

 

Descorchar una botella de vino es un ritual que se lleva a cabo en ocasiones especiales. Por principio de cuentas necesitas un sacacorchos, aunque por ahí se difunden algunos trucos para descorchar un vino sin este utensilio. Una vez extraído el corcho, debes observar que haya salido completo y entonces procedes a airear el vino o a servirlo en las copas o vasos de vidrio, a la temperatura adecuada, esperando que armonice con los alimentos que estás a punto de degustar.

Tal vez ese vino fue un obsequio de alguno de tus invitados, como gesto de cortesía por la invitación, que puede dar pie a una plática sabrosa en torno al origen del vino, la uva, la etiqueta y hasta de la forma de la botella, para después apreciar el color, el aroma y el sabor, y quizá, si en la mesa hay quienes gozan del vino sin poses chocantes, se platicará de los secretos que encierra cada botella, parte de la historia de la vitivinicultura, de la tierra en donde se cultiva las uvas, de las condiciones climáticas, del papel de las levaduras con que se fermentan y del conocimiento científico y tecnológico que hay en esta industria.

Y, claro, no faltará quien mencione el agotador trabajo de mujeres y hombres dedicados a la vid, por quienes se levantará la copa y dirán ¡salud!

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